Qué complicadas somos las personas…
Hoy voy a hablar de la autoestima… que es un tema extremadamente complejo de tratar, porque ahonda en las inseguridades de la persona, en sus más oscuros sentimientos, rozando la línea muy fina de lo inconfesable. Hoy me voy a poner más seria. Y os informo que es una entrada larga…
Muchas veces, las personas rellenitas (ya sabéis que nadie se me puede dar por ofendido, en esta web todos nos queremos, amamos y no nos juzgamos) lo somos desde que somos jóvenes. Y eso ha condicionado toda nuestra vida, y digo toda, porque es toda.
Ha condicionado nuestra infancia, nuestra adolescencia y nuestra madurez, y lo sigue haciendo ahora:
- Se han burlado y se han metido con nosotros toda la vida, si, ahora se llama bullying, antes simplemente te aguantabas y sufrías mientras los matones de turno te hundían cada día en el cole o el instituto, y los profes no te hacían ni caso.
- No has cogido trabajos por estar expuesto al público.
- No has tenido citas románticas por miedo a ser rechazado. Lo cual también condiciona tu vida sentimental y sexual.
- Vistes diferente: hay dos vertientes, los que se convierten en extremadamente llamativos para ocultar sus inseguridades desviando la atención; y los que visten de negro porque eso adelgaza y pasas más desapercibido. He probado ambas, no tratéis de engañarme.
- No sales tanto de fiesta porque supone acabar deprimido porque todo el mundo liga, y a ti ni te miran. O bien tratas de salir todos los días porque es una opción que a la larga, por pura estadística, ligues con alguien.
- Tardas horas en probarte ropa para ver qué te tapa más el culo o la cadera, o ese lunar tan feo que no te gusta, o que no se te vean los tobillos porque son anchos.
- Ir de compras es un suplicio para ti, ya que todas las tiendas te recuerdan lo horrible que eres y que no te vale nada, y acabas en el dunkin donut comiéndote un bollo relleno de dulce de leche con un café con nata para paliar la tristeza (que las emociones juegan un papel fundamental en la alimentación, ver).
- No haces actividades que expongan tu cuerpo como un día de piragüismo o de piscina con tus amigos.
- No sales en horas de calor altas: porque en verano, con tu cuerpo (que tiene una capa de grasa considerable), y además sin poderte poner un pantalón corto y un top porque te queda fatal, lo pasas muy mal con el calor.
Y muchas cosas más que todos sabemos qué hacemos o que hemos hecho. Y lo sé, lo sé bien, todo lo que se os pueda pasar por la cabeza que hacéis por vuestro peso, lo he hecho yo antes; si pensáis que habéis llorado, que os habéis deprimido y que habéis pensado que la vida no es justa con vosotros, tranquilos, no sois los únicos.
Así que ¿qué hacemos en la mayoría de los casos para no sufrir por todo esto? crear una coraza.
Cuántas veces he oído a personas con obesidad hacer “chistes” sobre su estado (yo esto no lo hacía, pero entiendo que antes de que te lo digan los demás te lo dices tú) y hemos dicho las típicas frases de “a mí no me afecta lo que piensen los demás de mi”, “a mí me da igual que no me miren”, “soy como soy”, “a quién no le guste, que no me mire”, y podría poner una larga lista de frases que nos decimos y no dejan de ser meras excusas que tratan de ocultar nuestros verdaderos sentimientos, una forma de protegernos para no pensar que nadie nos quiere, que a nadie le gustamos, que estamos solos. Pero realmente es adaptativo hacerlo.
Hay una teoría que se llama de la disonancia cognitiva (es de Festinger por cierto); cuando nuestra cabeza está en conflicto, tendemos a resolverlo cambiando o bien el pensamiento, o bien el aspecto afectivo (lo que nos hace sentir); es decir, sé que estoy gordo y que la gente no me quiere, y eso me hace sentir mal, pues me autoconvenzo de que la gente me da igual, y me siento mejor, porque estoy gordo pero ya no siento rechazo social.
Pero entonces… creemos que no nos quieren por el peso.
Y si el peso fuera el único motivo por el que te puedes sentir inseguro… cuando ves a una chica con un cuerpo delgado y tonificado, un pecho perfecto, una altura adecuada, una piel inmaculada, un pelo increíble y unas uñas cuidadas a la perfección… pensarías que esa chica tiene la vida perfecta, que nunca se levanta por la mañana con ganas de mandarlo todo a freír puñetas, que nunca se ha sentido insegura de su físico, que no se ha sentido rechazada.
Pues te equivocas, te lo puedo asegurar, yo pensaba como tú, que no tenían derecho a sentir ese dolor, que es algo exclusivo nuestro, que solo nosotros podíamos sentirnos mal porque realmente esa chica lo tenía todo, no se merece sentirse mal… pero ella no creería lo mismo, puede ser por la cosa más nimia: cree que tiene la nariz muy grande, los ojos pequeños, puede pensar que tiene celulitis, o que podría tener el abdomen más plano, puede tener los pies grandes para su altura, u odie sus pecas de la espalda… pero tendrá inseguridades, que probablemente tú, que la estás mirando como si fuera Afrodita, ni aprecias, pero para ella son un mundo.
Porque ya vemos que la autoestima no depende exclusivamente del peso… ah pero es que también hay autoestima basada en otros aspectos del físico en general. Pero cómo no vais a pensar que el físico lo es todo?? vivimos en una sociedad superficial, donde prima más tener las tetas grandes que un cociente intelectual alto, donde una tonta sin la ESO cobra más en un programa de tv que una doctora en microbiología que está estudiando la cura contra el cáncer; una sociedad en el que la mayoría de las personas se pasan horas haciéndose fotos, editándolas, poniéndoles filtros y colgándolas en las redes sociales para obtener unos cuantos like.
Pues sí, para qué nos vamos a engañar, el físico ayuda, y mucho, sino… ¿de qué sería la estética de las cosas que más dinero mueve en el mundo?, pero no lo es todo y os voy a explicar por qué.
Puedes sentirte inseguro por miles de aspectos: no soy suficientemente lista, en mi trabajo no gano mucho, no corro suficientemente rápido, ese chico tiene mejor curriculum que yo, le van a llamar a él de la entrevista de trabajo, no hablo inglés tan bien como esa persona, etc. etc. etc. ¿Quién es capaz de decir que no reconoce alguna de estas cosas en sí mismo?
O sea, que ya no solo depende del físico nuestra autoestima… acabáaaaramos, y ¿esto por qué pasa? pasa porque nos comparamos continuamente, y en esta comparación no solemos salir ganando, porque somos bastante crueles con nosotros mismos y siento decepcionaros, pero NUNCA, jamás, seréis los mejores en todo… siempre habrá alguien en el mundo que sea mejor que vosotros. Así que TODOS en algún momento nos hemos sentido carentes de autoestima.
Y es muy gracioso cuando nos dicen “si no os queréis vosotros, no os va a querer nadie”, “tenéis que quereros más”, “si no os gustáis vosotros, no le vais a gustar a nadie”, como si fuera tan fácil quererse a uno mismo, dan ganas de decirle “¡ay claro! ¿cómo no se me había ocurrido antes? ¡ahora que me lo has dicho voy a quererme un montón!… mmm… ale, ¡ya está! ¡me adoro! gracias por tu visión clarificante del mundo, persona a la que no le he pedido su opinión”, porque no se puede cambiar la cabeza de la noche a la mañana.
Y parece ridículo, porque quererse a uno mismo debería ser sencillo… solo nos tenemos a nosotros mismos toda la vida, así que deberíamos cuidarnos y mimarnos porque vivir sufriendo es de masocas…
Yo aboco a que si hay un problema de sobrespeso se trate, pero no por estética (que de esto ya hablamos aquí), sino por salud, pero si es cierto que durante este proceso que hemos iniciado vais a cambiar físicamente (que sé que ya os habéis puesto a adelgazar después de las anteriores entradas), vuestro cuerpo se volverá más bonito, encajaréis mejor en los cánones impuestos por la sociedad, rebajaréis el nivel de grasa, pero… os aseguro que eso no os hará sentir mejor…
Y ¡bum! ¡He roto la burbuja! Pensareis, ah, después de que hago un esfuerzo brutal por cambiar el físico (que ya hemos hablado que es una cuestión de esfuerzo máximo), ¿ésta no es la parte fácil? no voy a tener la recompensa? ¿no me voy a ver guapa inmediatamente? pues la respuesta es que no… no a corto plazo, lo siento.
Yo he pasado de una talla 58 de pantalón a una 38 en vestido y 40-42 en vaqueros… y mi cambio ha sido progresivo, poco a poco, durante 3 años (que mira que me habría dado tiempo a cambiar la cabeza), y aun así me voy a las tiendas y veo una ropa y pienso “eso no me vale a mí”, y hay veces que incluso me queda grande. O voy a sentarme en un sitio y pienso que no voy a caber, cuando cabrían 2 yos.
Hay muchas veces que veo fotos de mí y digo “¡¡madre mía cómo se me marca la clavícula!!” o “¡en esta foto parezco delgada!”, y ¿qué pasa? ¿no me miro a diario en el espejo? sí, claro, pero nuestra percepción está totalmente distorsionada.
Y tiene sentido, hemos dicho que casi todos llevamos mucho pesando bastante… tienes un concepto de ti, un autoconcepto que te ha acompañado durante muchísimos años de tu vida, ¿cómo lo vas a cambiar tan rápido? hay que pensar que los cambios, en cualquier persona (aunque sean para bien), son difíciles de aceptar. Así que nos enfrentamos a un proceso largo.
Este proceso es una dualidad complicada porque: por ejemplo, vas a adelgazar, por lo que vas a mejorar, y eso te va a reforzar, te vas a ver más atractiva, vas a caber en ese vestido precioso, vas a recibir halagos y sabrás que lo estás haciendo por tu esfuerzo, porque le has echado narices. Ya os digo que eso es un subidón, que te sientes que puedes hacerlo todo, y vas por la calle con otro ánimo.
Pero también tiene la parte complicada, y es que sigues viéndote mal, por mucho que cambies físicamente, que te refuercen, que veas que la ropa te entra, la cabeza no cambia tan fácil; yo he cambiado mucho físicamente, pero incluso ahora, que tengo una mejor autoestima, hay muchas cosas de mí que cambiaría, muchas cosas que no me gustan. Y eso es a lo que me refiero, a nivel de estética nunca nos sentimos felices con nosotros, siempre cambiaríais algo, incluso las personas culturistas o con cuerpos esculturales de los gimnasios están llenas de inseguridades, ¡así que imaginad nosotros!
Así que vayamos más allá, aprovechemos este proceso de cambio para conocernos a nosotros mismos, para interiorizar a otro nivel: quiero que reflexionéis, que penséis en qué otras cosas pueden estar haciendo que os sintáis mal (problemas familiares, laborales, de salud, etc.).
A poco que consigas cambiar en los demás aspectos, ya te vas a sentir mejor.
Cada persona tiene sus problemas y su lucha, la vida es dura, dura de pelotas, así que hay que encontrar el motivo para levantarte de la cama.
Las cosas que podamos cambiar, las cambiamos; las cosas que no se pueden cambiar, hay que aceptarlas… en la aceptación de esas pequeñas cosas que escapan a nuestro control se encuentra la felicidad.
Y ya que hemos cambiado el aspecto físico y el aspecto social, del contexto que nos rodea… vamos a intentar cambiar el aspecto psicológico. Parece una tontería, pero os voy a poner una tarea!!
Vais a obligaros a hacer una lista de cosas buenas sobre vosotros (no hagáis trampa, no vale de buenas y de malas, las malas ya nos las recordamos continuamente). Y TODOS los días vais a apuntar una cosa más por lo menos. Si ahora podéis completar 30 cosas, ¡¡genial!! mañana habrá mínimo 31, y pasado 32. Si os sale más de una estupendo. Es una tarea de cumplimiento obligado.
No os vengáis abajo, tenéis cosas buenas, vuestra lista va a ser laaaarga, muy larga, pero muchas veces focalizamos solo en lo malo. Lo sé, yo he tenido que recordarme muchas veces las cosas buenas que tengo.
Además me sirven cosas como: mi pelo es muy bonito, soy muy graciosa, no me he mordido nunca las uñas, mis tatuajes me encantan, soy lista, sé idiomas, soy buena persona, soy alta…, hay miles de millones de cosas que son buenas en vosotros… y tenéis que poneros a ello.
Esa lista la vais a guardar con amor y cariño, y el día que os veáis feos, que creáis que sois tontos porque algo os ha salido mal en clase, que tengáis un día horrible, sacadla y leedla, y veréis que sois personas maravillosas con millones de virtudes, y que cualquier persona estaría feliz de teneros a su lado.
Por todo ello, salid a la calle, con seguridad, la cabeza alta, un vestido bonito (los hombres si queréis podéis poneros otra cosa 😂), mirad a las personas a los ojos y sonreídlas, demostrarles lo bellas que sois por dentro, y empezareis a ver lo bellas que sois por fuera.
Besotes!!