Cuando nos regalan un ramo de flores da mucha pena que éstas se estropeen… así que a mí me encanta secarlas.
La primera vez que lo hicimos en la familia fue tras la boda de mi hermana, con el ramo de la novia y mi ramo (de dama de honor), mi hermana, que es una artista, se encargó de ello.
Ahora le ha tocado el turno a estos dos preciosos ramos:
Para ello, separamos cada flor o rama a secar y lo atamos con un cordón a una percha o algo que se pueda quedar al aire sin aplastarlo en los lados:
Se mantiene así un par de semanas hasta que se sequen (pueden caer algunas hojas o pétalos al suelo).
Tras estas semanas se hace selección de las que nos gusta cómo han quedado para nuestros fines (pueden cambiar bastante de color tras secarse), y las rociamos con un montón de laca del pelo (para endurecerlas).
Y ya está, ¡listas para usar donde más os apetezca!
Las podéis poner en un jarrón a modo decorativo, dentro de una jaula de las metálicas blancas, etc., ¡yo las utilizo para decorar la parte de atrás de mis platos en mi Instagram!