Este bollito a todos nos recuerda a nuestra infancia y la verdad es ¡¡qué sigue estando delicioso aunque hayamos crecido!! Pero es hiper calórico y tiene una cantidad de azúcares y grasas brutal.
Así que aquí os dejo una versión, aunque no lo creáis, bastante saludable (tampoco os paséis y os comáis toda la tanda, aunque sea difícil parar).
Necesitamos para el bizcocho de chocolate:
– 120 gramos de harina de almendra (os sale más barato si picáis las almendras en un procesador de alimentos, picadora, etc.).
– 20 gramos de cacao desgrasado 0%.
– 2 huevos XL.
– Sobre de saborizante de kinder bueno (kinchoc).
– 150 gramos de leche desnatada sin lactosa (en mi caso) o bebida vegetal.
– 150 gramos de yogur natural 0%, griego light o protéico natural.
– 30 gramos de nocilla proteica 0%.
– 15 gramos de levadura, gaseosa o bicarbonato.
– 20 gramos de stevia en grano.
Necesitamos para la crema:
– 200 gramos de yogur protéico natural o griego light o queso batido 0% (podéis usar natural normal 0%, pero es mejor que sea alguno denso).
– 50 gramos de leche en polvo desnatada.
– 15 gramos de proteína de chocolate blanco, de vainilla o de ambas (opcional, si no podéis poner 10 gramos más de leche en polvo).
– Sobre de saborizante de chocolate blanco.
– 20 gramos de stevia en grano.
Necesitamos para la cobertura:
– 200 gramos (o tableta y media) de chocolate negro endulzado de al menos 70%.
– 25 gramos de crema de avellana.
Procedimiento:
Aunque parezca complicado de hacer, y sea más laborioso que las recetas que os suelo traer, no lo es para nada y si tenéis un compromiso con invitados quedan geniales, así que os animo a hacerlos. Veamos los pasos:
– Mezclar todos los ingredientes del bizcocho bien con una batidora hasta que estén bien integrados.
– Poner en una bandeja con los bordes altos, o una plancha, un tupper de horno muy grande o un fondo rectangular que podáis meter en el horno, dejando medio centímetro de altura, más o menos (a ojo).
– Meter al horno a 180ºC durante 20 minutos (vigilar el tiempo porque cada horno es diferente, tiene que estar bien hecha, para que no se rompa).
– Dejar enfriar al aire.
– Cuando la plancha de bizcocho ya esté fría, cortar un rectángulo del tamaño del que queráis vuestros bollitos (más o menos como el kinder delice) y usarlo de molde, poniéndolo encima de la plancha y cortando rectángulos iguales.
Para no desaprovechar masa, yo corté una columna de unos 4 cm de anchura (viendo la plancha de forma horizontal) y luego la columna por la mitad.
– Mezclar todos los ingredientes de la crema con una batidora.
– Ir rellenando los rectángulos haciendo sándwiches con ellos (os recomiendo no poner la mezcla muy en los bordes, porque cuando pongáis la tapa se saldrá. Si se sale algo no pasa nada, quitáis con un cuchillo el sobrante para dejarlo liso.
– Meter al frigorífico y enfriar al menos 2 horas.
Los podéis comer ya así, como sándwiches, y serían más dietéticos, o podéis cubrirlos con el chocolate como los originales, en ese caso:
– Derretir todos los ingredientes de la cobertura juntos.
– Poner los sándwiches en una base que no os importe ensuciar, yo lo puse sobre una bandeja que estaba cubierta con papel vegetal de horno.
– Echar por encima de los rectangulitos y cubrir bien con una espátula de silicona, una de plástico, una de glaseado, o un cuchillo de mantequilla, para que haya chocolate por todos los sitios por igual.
– Meter a enfriar en el frigorífico otras 2 horas.
Os lo podéis comer así o decorarlo con las típicas tiras que tienen por encima que hacen rombos. En ese caso:
– Derretir un par de onzas de chocolate negro.
– Poner el chocolate derretido en una manga pastelera o bolsa de plástico zip y cortar muy muy poco la esquinita, y dibujar a vuestro antojo.
Dejar enfriar un ratito más, y ¡¡a disfrutar!!
Un besito 💙
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