Consejos de adelgazamiento

Empezar a adelgazar…

Está claro que esto es algo que se ha planteado todo el mundo, incluso la gente delgada en algún momento de su vida dice “me tengo que poner a dieta”. Esto suele ocurrir sobre todo después de Navidades (ay ese roscón… 😋), son los conocidos como “propósitos de año nuevo”.

La verdad es que yo voy más allá. Hay un lema muy importante en el deporte y es “los cuerpos de verano, se hacen en invierno”. Y es cierto… creédme, si os sobran unos cuantos kilos, no empecéis después de Navidad a poneros a dieta… NO vais a llegar. Avisados quedáis.

Por otra parte, las personas que estáis como lo estaba yo… vamos a llamarnos rellenitos (por no herir sensibilidades), no estáis en este grupo. Yo pesaba 119 kg y usaba una talla 58 de pantalón… si, a vosotros os hablo: vosotros no tenéis propósitos de año nuevo, vuestro objetivo no es poneros un bikini en la playa ese verano y estar como las modelos de las revistas, no vais a meteros en una talla 36… lo vuestro es salud, constancia y esfuerzo. Y ahí radica esto… ni más ni menos.

Por norma general, todo el mundo que llega a esta conclusión: “tengo que perder unos kilos”, lo hace por estética. Lo vuestro no puede ser cuestión de estética, y os voy a explicar por qué.

Yo he pasado por esto… esto es jodidamente difícil (y perdonadme el lenguaje), es increíblemente difícil levantarse todos los días e ir a entrenar, comer de dieta delante de tus amigos cuando están comiendo tortitas o unas bravas porque ese día no puedes saltarte la dieta, evitarte helados o dulces a pesar de que te vaya a venir la regla y quieras comerte un camión lleno de chocolate (las chicas me entendéis 😂). Así que por estética la gente abandona, al cabo de 15 días, 1 mes, 6 meses, cuando el cuerpo esté agotado, tengáis agujetas hasta en las pestañas, llegue el verano y no hayáis conseguido poneros un pantalón corto y que os quede bien, o veáis a vuestros amigos disfrutando de un bollo o un helado en la piscina, ahí vais a abandonar, y diréis “¡¡¡pues a la mierda, a quién no le guste como soy, que no mire!!!”. Y lo sé, lo sé bien, lo he sufrido tantas veces que no podría contarlas con los dedos de una mano, lo he visto en gente que lo ha intentado,  y ¿por qué? porque vuelvo al punto clave: es jodidamente difícil (vaya, tengo que mejorar mi lenguaje 😌).

Así que ¿dónde está el secreto? ¿cuál es la solución? ¿estamos abocados al fracaso? no, no lo estamos. Todo se puede conseguir, pero tu objetivo inicial no puede ser la estética, tu objetivo tiene que ir más allá… tu objetivo es tu salud, tu colesterol, tu hipertensión, que no te duelan las piernas cuando te levantas de un sofá bajo, que no te agotes al caminar, que puedas correr detrás de tu hijo, lo que sea por lo que quieras hacer esto… y ya, después de todo eso la estética, pero con una idea muy muy importante en la cabeza: va a tardar en llegar, ese resultado: estar divino, va a tardar, y mucho, y si creéis que vais a llegar a él a la primera de cambio, os vais a frustrar, y ahí vais a abandonar.

En mi caso: yo no he tenido colesterol, hipertensión, ni nada que se le parezca, cambié mis hábitos siendo aún “joven”, pero la oposición ha sido mi motivación cada día, mi objetivo final, la vela que ha guiado mi alimentación y mis entrenos.
Tenéis que conseguir encontrar vuestro faro, a dónde os dirigís, por qué hacéis esto… Y si el único motivo es la estética, es meteros en ese vestido de la talla 40, tened claro que va para largo, que no vais a lograrlo en un mes o en dos. Yo tardé 3 años y ni siquiera ahora estoy del todo contenta con mi cuerpo (el tema de la autoestima y los complejos lo trataré en otro post).

Así que como primer objetivo para este camino que vamos a andar juntos es la búsqueda de tu objetivo!
Tenéis tarea que pensar.

Besotes!!!

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